¿Alguna vez te has planteado el superpoder que puede llegar a tener los posos del café? ¿Y la cáscara de huevo?

Sí, sí, has leído bien. Estos restos de alimentos y, en general, otros muchos restos orgánicos, tienen la capacidad de convertirse en abono para el campo y en el alimento preferido para la tierra de nuestro huerto.

Pero, ¿a qué nos referimos con todo esto? Estamos hablando nada más y nada menos que del valor tan increíble que tiene el compost, un abono orgánico que se genera a partir de un proceso de transformación de la materia orgánica, como por ejemplo los desperdicios de alimentos o los restos de poda de nuestro jardín.

En realidad, está técnica para aprovechar los desperdicios generados en casa no es ninguna novedad. Según​​ la monografía ‘La composta, su elaboración y beneficio’, de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Navarro (México) “el compostaje es una técnica utilizada desde siempre por los agricultores. Consistía en el amontonamiento de los estiércoles, los resto de cosecha y los residuos domésticos, para su posterior descomposición y transformación en productos más fácilmente manejables y aprovechables como abono”.

En definitiva, según define el mismo estudio “el proceso de compostaje es una descomposición aeróbica de residuos orgánicos, en condiciones controladas, en el que se consigue un producto más o menos estable y aplicable al suelo como abono”.

Con una idea ya clara de lo que es el compost y del poder que tiene este producto, a continuación te resumimos algunas de las ventajas más importantes de generar tu propio abono casero. ¡Sigue leyendo!

Reduces tus residuos

Según datos de la Junta de Castilla y León, en 2018 se recogieron un total de 28.214 toneladas de residuos procedentes de la fracción orgánica. ¿Te imaginas poder aprovechar este tipo de compuestos para preparar tu propio abono?

Sin lugar a dudas, una de las grandes ventajas de generar tu propio compost casero es la reducción considerable del volumen de residuos domésticos.

Fabricas tu propio abono natural

Como ya sabes, el compost no es otra cosa que abono natural fabricado con la materia orgánica que generamos en nuestros hogares. Si utilizamos este compuesto, los terrenos se vuelven más fértiles e incrementamos su riqueza orgánica.

Si tienes espacio suficiente y ganas de iniciarte en una actividad diferente, ¿por qué no probar a generar tu propio compost?

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Evitar utilizar fertilizantes químicos

El abono natural generado del compostaje permite reducir el uso de fertilizantes químicos, que pueden llegar a contaminar no solo los acuíferos por un exceso de nitratos, sino que también tienen capacidad para desprender contaminantes en el proceso de producción, embalaje y transporte del propio fertilizante.

Ahorro de agua

Según el portal especializado compostadores.com, “el compost favorece la retención de agua a disposición de las plantas”. Por lo tanto, “el ahorro de agua está entre el 30% y el 70% respecto de lo que tendríamos que gastar para regar nuestras plantas”.

¿Necesitas más motivos para utilizar compost casero?

Enriquece el suelo

¿Por qué el compost mejora la calidad del suelo? Gracias a la transformación de los restos orgánicos en abono natural, devolvemos al suelo nutrientes muy valiosos, ayudando a mantener la fertilidad del terreno.

Además, gracias a la utilización del compost aportamos nitrógeno, fósforo y potasio a las plantas para que se mantengan sanas y crezcan correctamente.

Disminución de la huella de carbono en la atmósfera

En el proceso de crear tu propio abono natural en casa no interviene ningún tipo de fábrica, como es evidente. Tan solo la acción de la naturaleza y el paso del tiempo entran en juego en este proceso.

¿Qué consecuencias positivas tiene elaborar, entonces, nuestro propio compost? Disminuir la emisión de gases de efecto invernadero de los vertederos e incineradoras.

Conviertes un residuo en un recurso

En el ciclo del compostaje no hay cabida para los residuos, porque todos los desperdicios orgánicos se convierten en valiosos recursos para generar compost de calidad.

De esta manera, cerramos el círculo de la materia orgánica devolviendo a la tierra los nutrientes necesarios para que puedan volver a crecer en ella recursos naturales. Recursos, que volverán a ser consumidos por los seres humanos de nuevo.